lunes, 12 de febrero de 2018

Los delirios imperiales de Reino Unido nos han llevado al Brexit

Los delirios imperiales de Reino Unido nos han llevado al Brexit


El libro que acaba de publicar Patrick Wright, un exresponsable del servicio diplomático del Reino Unido, Behind Diplomatic Lines proporciona una ilustrativa descripción de la visión del mundo que tenía Margaret Thatcher
La que fue primera ministra de Reino Unido quería que Sudáfrica fuera un "Estado solo para blancos" y consideraba que a los boat people vietnamitas" debían ser empujados hacia alta mar antes de que pudieran llegar a Hong Kong. Además, Thatcher sufría un grave caso de "germanofobia".
"Parece estar obsesionada con el pensamiento de que los germanoparlantes puedan llegar a controlar la Comunidad Europea", escribe Wright. 
"Cualquier conversación sobre la reunificación alemana se convierte en anatema en su presencia". 
La situación empeoró hasta el punto de que el entonces ministro de exteriores, Douglas Hurd, afirmó que "en estos momentos tenemos tres temas sobre la mesa: asuntos parlamentarios, asuntos nacionales y xenofobia".
Así que cuando el embajador saliente de Alemania en Londres afirmó hace una semana que los partidarios del Brexit están obsesionados con la Segunda Guerra Mundial, no iba desencaminado. 
En referencia a la popularidad de películas como  El instante más oscuro o Dunkerque, Peter Ammon indicó que "la historia siempre está llena de ambigüedades y altibajos pero si nos centramos en la forma en que el Reino Unido resistió por su cuenta durante la Segunda Guerra Mundial, y la posición que adoptó frente al dominio alemán, pues bien, es una historia interesante pero no resuelve los problemas que tenemos en la actualidad" (de hecho, si la Segunda Guerra Mundial nos ha enseñado algo es que no puedes estar solo. Se les llama "aliados" por algún motivo).
En alusión a la consigna "dos guerras mundiales y un Mundial" (de fútbol), que se podía oír en los partidos de Inglaterra contra Alemania, el profesor Paul Gilroy escribió en After Empire (tras el Imperio) que "esta muestra de vanagloria es uno de los muchos elementos que integran la actitud británica de negarse a aceptar la realidad. 
Declara que durante el siglo XX el Reino Unido no ha protagonizado ninguna otra hazaña digna de mención. 
Estamos obligados a reconocer que la nación que triunfó en 1918 y en 1945 ocupaba un lugar invisible pero palpable".
La afirmación de Ammon solo es verdad en parte, ya que si bien es cierto que en el voto a favor del Brexit subyace el melancólico recuerdo de un pasado glorioso, la época que se anhela no es tanto la Segunda Guerra Mundial sino más bien el periodo del imperio británico; un periodo más largo y que no se celebra tan abiertamente.
Si el recuerdo de la guerra hace que algunos muestren una actitud más desafiante, la evocación del imperio los lleva al engaño. 
Nuestro pasado colonial, así como la incapacidad de aceptar su desaparición, hizo que muchos tuvieran la impresión de que éramos mucho más importantes, fuertes e influyentes de lo que realmente somos. 
En algún momento se convencieron de que la razón por la que estamos en el centro de muchos mapas del mundo es porque la tierra gira alrededor del Reino Unido cuando en realidad estamos en el centro porque fuimos nosotros los que dibujamos esos mapas.
Y fue a través de este lente distorsionado ( hagamos que Gran Bretaña vuelva a ser Grande) que una mayoría optó a favor de salir de la UE. Ammon cree que estas fantasías se remontan a las batallitas sobre la guerra mundial que les explicaron a los partidarios del Brexit durante su infancia. 
"Obviamente, los países se definen por su historia y algunos se definen por lo que sus padres hicieron en la guerra y eso les da un gran orgullo personal".
Sin embargo, la historia del Reino Unido no terminó tras la Segunda Guerra Mundial. 
El pasado colonial es más reciente y, en lo relativo a la campaña a favor de la salida de la UE, más personal.
Douglas Carswell, el unido diputado de UKIP durante el referéndum, creció en Uganda. 
Arron Banks, que apoyó al UKIP y los argumentos más xenófobos en torno a la salida de la UE, pasó su infancia en Sudáfrica, ya que  su padre tenía plantaciones de azúcar y también en Kenia, Ghana y Somalia. 
Henry Bolton, el actual líder del UKIP, nació y pasó parte de su infancia en Kenia. 
Robert Oxley, responsable de comunicación de Vote Leave (vota a favor de la salida) tiene familia en Zimbabue.
Solo podemos especular sobre el impacto que tuvieron estos años de formación en sus opiniones políticas (Carswell atribuye sus ideas libertarias al "Gobierno arbitrario" de Idi Amin). Lo que sería absurdo es afirmar que el impacto ha sido nulo.
El pasado colonial ha estado presente en la campaña y también ha condicionado nuestra estrategia de negociación. 
Los últimos 18 meses han estado marcados por el paso de la arrogancia a la humillación. Durante un par de generaciones, hemos visto nuestros atributos y las debilidades de terceros reflejados bajo el lado equivocado de una lupa. 
Ahora, la decadencia de nuestro país ha quedado en evidencia y, como Boris Johnson, el ministro de Exteriores, que recitó a Kipling en Myanmar, estamos haciendo esfuerzos para adaptarnos.
Este despertar podría resultar gracioso (de hecho al resto del mundo le parece hilarante) si no fuera por las consecuencias que ha tenido. Johnson explicó en el Parlamento que la UE de los 27 "se podía ir a tomar viento" por considerar que las cantidades que pedía Bruselas como condición a la salida eran abusivas. Se fueron a tomar viento y ahora seremos los británicos los que nos quedaremos helados, con una suma de entre 35.000 y 40.000 millones de libras esterlinas.
Durante la campaña de 2017, Theresa May, mostrando a la Thatcher que lleva dentro, se jactó de ser "una mujer endiabladamente difícil". "El próximo que se percatará de ello será Jean-Claude Juncker", exclamó.
De hecho, Juncker, el presidente de la Comisión Europea, y su equipo se han encontrado con una mujer más abrumada y errante que abrumadora y beligerante. 
Tras una cena en Downing Street,  los negociadores europeos llegaron a la conclusión de que "no vive en el planeta Marte sino en una galaxia muy lejana".
En un encuentro privado reciente entre May y la canciller alemana, Angela Merkel, las dos líderes protagonizaron un diálogo repetitivo y tragicómico
May dijo a Merkel una y otra vez: "Hazme una oferta". Merkel se limitó a repetir: "Pero nosotros no nos vamos de la UE, no tenemos que hacerte una oferta. Vale, ¿qué queréis?". A lo que May respondía: "Hazme una oferta".
Un cambio de líder no es la solución. Con su falta de autoridad y de coherencia, y una influencia y una credibilidad que han caído en picado, May solo es el fiel reflejo de la situación actual de su gobierno y también del país. 
Los partidarios de la salida ya tienen lo que tenían: el Brexit.
Creían que podían decidir los términos de esta salida; no podemos. También creían que nos podíamos ir sin más; no podemos.
No habían planificado la salida del mismo modo que un perro que persigue un vehículo tampoco ha hecho planes de conducirlo si lo atrapa. 
Y ahora se percatan de la poca importancia que tiene la soberanía para un país del tamaño del Reino Unido que forma parte de una economía mundial neoliberal que va más allá de un pasaporte azul (que además lo podríamos haber tenido antes). 
No necesitamos un cambio de líder sino un cambio de rumbo.
May no es más responsable del caos en el que estamos sumidos en lo referente a nuestra relación con la Unión Europea, que Anthony Eden por el caos durante la crisis de Suez (Guerra del Sinaí) en 1956, que es una mejor comparación de la situación del Reino Unido tras la Segunda Guerra Mundial. 
El Reino Unido y Francia se excedieron y se unieron para castigar a Egipto por haber nacionalizado el Canal de Suez, y más tarde se vieron obligados a reconocer que su poder imperial estaba en franca decadencia y habían sido desbancados por Estados Unidos.
"Francia y Reino Unido nunca serán potencias comparables con Estados Unidos", explicó el entonces canciller de Alemania Occidental, Konrad Adenauer, al ministro de Exteriores de Francia. "Tampoco Alemania
Solo pueden desempeñar un papel decisivo en el mundo con una estrategia: que unan Europa… No tenemos tiempo que perder, Europa será vuestra venganza".
Una vez más, Reino Unido ha creído que tenía mejores cartas. 
Hemos preferido evocar el pasado en vez de aprender de él. Nos sentimos impotentes en el momento presente y no sabemos qué nos depara el futuro.
Traducido por Emma Reverter

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Si nos han de robar, 
que sean otros y no los mismos de siempre

Si como votantes, no nos escuchan
como consumidores, lo harán
boicoetemos sus empresas.
Llevamos las de ganar. 

Como acabar con la ESTAFA de las ELÉCTRICAS... de una puta vez pasando de los Vendepatrias del Bipartidismo

Ante el robo continuo y escandaloso por parte de las eléctricas y sus abusos en el recibo de la luz
propongo... 
actuar todos unidos como consumidores
contratando TODOS 
o en su defecto una gran mayoría,
  otra compañia eléctrica que no sea ninguna de estas dos (ENDESA - IBERDROLA) y cambiarnos a otra cualquiera de las muchas ofertas que existen hoy en día.

De tal forma que no les quede otra a las grandes que plegarse a nuestras demandas de una tarifa más justa y mucho más barata
o atenerse a las consecuencias 
de seguir con su estafa.

En nuestra mano está que siga este robo o cortar por lo sano para que no nos sigan mangoneando

ARMAK de ODELOT

Canción del Indignado Global

(solo pá Mentes preclaras 

libres de Polvo y Cargas)

Si me han de matar que sea,
 un Trump que de frente va

  no un Obama traicionero, 

que me venga por detrás.


Éstos del bipartidismo, 

a nadie ya se la dan

Tanto monta, monta tanto,

ser sociata o liberal.


Que harto me tienen sus cuentos, 

de crisis y guerras sin más

Cuando no hay bandera que tape, 

la ansia de un criminal.


Daños colaterales son, 

inocentes masacrar

si lo hiciéramos con ellos, 

no habría ni una guerra más.


Por eso pasa que pasa, 

que nadie se alista ya

a no ser que la CIA pague,
 
como al ISIS del MOSAD


A mí, que nunca me busquen, 

ni me llamen pá luchar.

Que yo no mato por nadie. 

Yo mato por no matar.


La paz de los cementerios 

es la paz del capital

Si soy rojo es porque quiero, 

en vida, vivir en paz.


Hoy tan solo mata el hambre, 

del rico por tener más 

Con el cómplice silencio, 

de toítos los demás.


Que preferimos taparnos, 

los ojos pá no pensar

O mirar pá otro lado, 

pensando que el mal se irá.


Creer que lo que a otro pasa, 

no nos tiene que importar.

Cá palo aguante su vela, 

repetimos sin cesar.


Éste es el mantra egoísta 

que rula por la sociedad

como si lo que le pase a otro, 

no te pueda a tí pasar


Más todo, cuán boomerang vuelve, 

al sitio de donde partió

y tal vez ocupes mañana, 

el sitio que otro dejó.


Mil pobres ceban a un rico, 

otros mil le dan jornal,

y otros cuantos dan su vida 

porque todo siga igual. 


Que no me coman la oreja, 

que no me creo ya ná

de sus guerras, sus estafas, 

ni su calentamiento global


Tan solo vuestras mentiras, 

esconden una verdad

que unos pocos están arriba 

y abajo tós los demás.


Da igual que seas ateo, 

cristiano o musulmán.

Solo los elegidos, 

el paraíso verán.


Hay medios alternativos, 

amarillos muchos más.

Unos más rojos que otros. 

Los menos, de radikal.


Más todos tienen su cosa, 

y a todos hay que hojear

Que comparando se tiene 

opinión más general.


Qué de tó aprende uno. 

Nadie tiene la verdad.

Ser más papista que el Papa, 

no es garantía de ná.


Solo creo en lo que veo, 

díjome santo Tomás, 

que el que a ciegas se conduce, 

no para de tropezar.


Y al enemigo, ni agua, 

ni nunca contemporizar

No dudes, tarde o temprano, 

siempre te la jugará.


No hay que seguir a nadie 

y a todos hay que escuchar.

Si tu conciencia te guía, 

de nada te arrepentirás.


Dá gusto ver a los ricos, 

pegarse por serlo más

mientras en eso se hallen, 

quizás nos dejen en paz.


Si te crees o no sus mentiras, 

a ellos les dá igual.

Con tomarlas por veraces, 

les basta para actuar. 


Que no me cuenten más cuentos, 

que tós me los sé yo ya.

Se demoniza a cualquiera

que no se deje robar.



No basta con ser un santo, 

sino ser de"su santoral"

Como la cojan contigo, 

no te valdrá ni el rezar.


Pensamiento único llaman. 

Anteojeras pá no pensar

más que en la zanahoria. 

El palo irá por detrás.


Si no crees en lo dictado, 

anti-sistema serás

Y por mucho bien que hagas, 

te van a demonizar.


Que no me coman la oreja, 

que a mí, no me la dan.

Que me sé todos sus cuentos 

y también, cada final.


Si de cañon, quieren carne, 

pál matadero llevar

que busquen a otro tonto, 

que este tonto no va más



No se ha visto en tóa la historia, 

otra estafa sin igual.

Que la madre tóas las crisis, 

que creó el capital


Y cuando tan ricamente, 

uno estaba en su sofá

Relajado y a cubierto, 

de inclemencias y demás,


te cortan sin previo aviso

el grifo de tu maná. 


Y te dejan sin tus sueños,
 
sin trabajo y sin hogar


y pá colmo y regodeo 

de propios y extraños, van

y te dicen como aviso

que al rojo no hay que escuchar


que son peores que el lobo,

del cuento y mucho más

y que si vas y los votas

toíto te lo robarán.



Si como votantes, no nos escuchan

como consumidores lo harán.

Boicoetemos sus empresas

Llevamos las de ganar. 


Si no queda más remedio

que dejarnos de robar

que sea otro y no el de siempre

tal vez así, aprenderá


No hay pan pá tanto chorizo,

dicen, cuando lo que sobra es pan.

Lo que no hay es un par de huevos
 
pá que no nos choriceen más.


Resultado de imagen de eladio fernandez refugiados suecia

Ellos tienen de tó

los demás, cuasi-de-ná

mas ellos son cuatro mierdas

y nosotros sémos más.


La próxima revolución 

contra las corporaciones será

y si ésta no se gana 

no habrá ninguna ya más.

Quien sepa entender que entienda

lo que digo es pá mascar

despacio y con buena conciencia.

Mi tiempo no dá... pá más


Armak de Odelot


Dicen: 

No será televisada, 

la próxima revolución.

Más como nadie se fía 

de lo que se nos dice hoy en día,

pasamos los días enteros, 

tumbados en el sofá

delante la caja tonta,

 por no perder el momento
del pase de la procesión 
que tós llevamos por dentro